Cuando dirigimos una empresa, a veces nos da la sensación de que tenemos muchas ideas, pero no terminan de cuajar en la práctica.
¿Qué ocurre?¿Donde está el problema?
Como siempre la realidad es compleja: Los clientes, la competencia, los productos, los recursos...
Encarar y solucionar este tipo de situaciones requiere siempre un trabajo profesional.
Pero no podemos olvidar que para mejorar debemos cambiar los comportamientos y ello requiere atender a los aspectos personales de la relación.